Un nuevo radar monitoriza el nivel de emisiones contaminantes.

Ya hemos comentado que el nivel de emisiones varía muchísimo de unos coches a otros. Desde los vehículos “0 emisiones” o los bajísimos niveles de emisión de los diésel más modernos con los sistemas de SCR y Adblue® a los niveles mucho más elevados de los diésel más antiguos, responsables de más de un 70% de las emisiones más contaminantes.

Las grandes ciudades son las más afectadas por los elevados índices de contaminación y son numerosos los protocolos anticontaminación que se han puesto en marcha en ciudades como Madrid y Barcelona.

Precisamente la ciudad de Madrid va a ser pionera en el testeo de un nuevo tipo de radar capaz de medir la contaminación real que desprenden los vehículos. Se trata por tanto de una medida que pretende avanzar en la línea de evaluar la contaminación de los coches de combustión en función de la polución real expulsada por sus tubos de escape y no en base a su fecha de matriculación.

Proyecto piloto pionero.

Este moderno sistema se servirá de una tecnología basada en el uso de rayos ultravioletas e infrarrojos para medir las concentraciones de dióxido y monóxido de nitrógeno (NO2 y NO), monóxido y dióxido de carbono (CO y CO2) y las partículas en suspensión.

El sistema en principio prevé una primera notificación a aquellos conductores cuyos vehículos hayan sobrepasado los niveles de contaminación legalmente permitidos. En caso de ser “cazado” una segunda vez con emisiones por encima de lo permitido, se iniciaría el procedimiento de sanción y el conductor recibiría la correspondiente multa. Desde las instituciones sin embargo se insiste en que detrás de este proyecto no hay un afán recaudatorio sino una apuesta eficaz por luchar contra la flota más contaminante y mejorar la calidad del aire de nuestras ciudades.

El proyecto prevé analizar unos 700.000 coches al año en la capital, de manera no intrusiva y con un alto nivel de precisión. Solamente en la ciudad austriaca de Graz se va a llevar un piloto paralelo, aplicado exclusivamente a una flota controlada de 150 autobuses. En función de los resultados obtenidos, la medida se irá ampliando a otras ciudades europeas.